Con el paso del verano llega el otoño y llegan otros alimentos que nos hacen entrar en calor y nos dan energía, preparándonos para el frío del invierno.
Los paisajes de la naturaleza cambian de tonalidades a colores más cálidos, amarronados, anaranjados y amarillentos, que nos anticipan la caída de las hojas y el crecimiento de fritos y hortalizas del otoño.
LA CASTANYA
Es un fruto seco muy nutritivo que nos aporta hidratos de carbono complejos de larga duración, es decir, energía para calentarnos durante el invierno. También es rica en vitaminas como el ácido fólico, Vit. E y B3, y potasio. Además, es rica en fibra y tiene un bajo contenido en grasas.
El hecho de que sean hidratos complejos quiere decir que se absorben lentamente y progresivamente, de manera que se mantienen los niveles de azúcar equilibrados en sangre y por lo tanto, no generan una bajada de azúcar en picado (como hacen los azúcares simples), que es lo que nos hace venir la sensación de hambre al poco de comer. Las castañas nos aportan combustible de calidad para que el organismo funcione a pleno rendimiento durante horas, sin hacer esta bajada.
El contenido en fibra la hace ser un buen aliado para el tránsito intestinal, pero cuidado si tienes el sistema digestivo comprometido, porque produce flatulencias y mal estar intestinal como efecto secundario.
La castaña a pesar de ser un fruto seco, tiene características nutricionales que las hacen diferentes al resto. Y es que, si su componente mayoritario son los hidratos y los minoritarios la proteína y las grasas, en los frutos secos, los mayoritarios son las grasas y las proteínas, mientras que los minoritarios son los hidratos, en general.
Por tanto, son una fuente adecuada en situaciones de esfuerzo y no es tan calórica como otras.
Comamos castañas en otoño, en invierno i durante el año, si las encuentras secas o deshidratadas.
Con moderación los diabéticos, ya que son una fuente importante de hidratos, aunque complejos. Y las personas con el aparato digestivo delicado, principalmente por los gases.
Ideas para cocinarlas diferentes a la forma tradicional, asadas en horno, en sartén o en el fuego, tenemos muchas recetas, tanto con la castaña como ingrediente principal o como ingrediente para darle un toque. Una crema de castañas, un guiso con castañas, un salteado de brócoli con castañas trituradas, un flan de castaña…y muchas más versiones.
¿Quieres un truco para reducir los indeseables gases? Pon las castañas en remojo la noche anterior (8h en remojo) y te serán mucho más digestivas.
LA CALABAZA
Es una fruta de otoño y de invierno, de la familia de las cucurbitáceas. Hay muchísimas variedades, de maneras diferentes, alargadas, redondeadas…y de colores que van del blanco al naranja. Tiene un elevado valor nutritivo, rica en vitaminas y minerales, y muchas propiedades. Ayuda a regular los niveles de azúcar en sangre, es buena para la vista, el corazón, previene el cáncer, entre otras.
En cuanto a su composición, el 90% es agua, esto la hace altamente hidratante. Nutricionalmente hablando, el 70% son hidratos, mayoritariamente almidón, el 20% son proteínas y el 10% grasas. En vitaminas, destaca su contenido en vitamina A, importante para la vista, en vitamina C, antioxidante y interviene en la absorción del hierro no hemo (de fuente vegetal), en B6, para el buen funcionamiento del metabolismo. En minerales, destacar su contenido en Manganeso, que interviene en funciones antioxidantes, y el Cobre, que es un agente antiinfeccioso, antioxidante y mantiene la piel y las articulaciones en buen estado.
El comer calabaza nos beneficia por sus propiedades anticancerígenas y antiinflamatorias. Tiene una acción protectora de la próstata y del corazón. Reduce las quemaduras de piel si aplicamos el zumo de la calabaza en la zona afectada. Regula los niveles de azúcar en sangre, por tanto, es apta para los diabéticos. Ayudan a eliminar las lombrices intestinales, sobre todo las pipas de calabaza.
Para comerla podemos escoger entre comerla cruda o cocinada, ya sea al vapor, hervida, salteada, asada, estofada…hay muchísimas pasibilidades y recetas, tanto dulces como saladas.
El inconveniente que tiene es que es difícil de pelar, pero si la escaldas con la piel durante cinco minutos, se acabó el problema. La piel se quita fácilmente sin miedo a cortarte los dedos en el intento de pelarla en crudo.
Siempre es preferible escoger la opción ecológica, de temporada y de proximidad, así nos aseguramos de estar nutriéndonos de todas sus propiedades y en el momento óptimo.
Y con las semillas ¿qué hacemos? Pues las aprovechamos, ya sea cocinándolas con la calabaza o germinándolas para enriquecer nuestras ensaladas o allí donde las pongamos.
¿Te apetece un plato caliente? ¿frío? ¿dulce o salado? Te dejo unas ideas para que vayas abriendo el apetito: estofado de calabaza con setas, ensalada de calabaza asada con granada y vinagreta de cúrcuma, crema de calabaza y almendras, trigo sarraceno con salsa de calabaza y tomate, paté de calabaza, curri de calabaza, espirales de calabaza con espárragos salteados, pastel de calabaza y nueces, muffins de calabaza y chips de choco…
EL BONIATO
Es un tubérculo, a diferencia de la castaña y la calabaza que son frutos. Su color anaranjado lo hace rico en betacarotenos, importantes para la salud visual, pero también podemos encontrar otras especies con tonalidades más blancas, como la conocida patata dulce. Lo encontramos en el otoño hasta inicios del invierno.
Esta hortaliza tiene un elevado contenido en agua, un 70%, y en hidratos complejos, siendo éste el componente mayoritario. Mientras que tiene un bajo contenido en proteína y no tiene grasas. Comparada con la patata, el boniato es más rico nutricionalmente, destacando el contenido en vitamina A, C, E y B9 o ác. Fólico.
Las propiedades que nos aporta el consumo de boniato son depurar el hígado, previene el cáncer, mantiene la piel y la vista saludable y tiene un efecto hidratante.
Para cocinarlo, su gusto dulce nos lleva a comerlo asado al horno, pero la forma de mantener sus propiedades, sobre todo las hidratantes, es cocinarlo al vapor o hervido. Importante saber que, si están mal cocinados o crudos, son indigestos.
Otras formas de comerlos serían en cremas o sopas, chips al horno, hamburguesa de boniato y verduras, “panellets” de boniato, almendra y manzana, boniato relleno de guacamole…
Aprovechemos cualquier ocasión para introducir la calabaza, las castañas y los boniatos en nuestros platos, no solo en la festividad de la Castañada o Halloween y déjate nutrir de sus propiedades.
Si quieres volver a escuchar el programa, te dejo el enlace:
https://www.novaradiolloret.org/la-llista-el-millor-de-la-setmana-del-26-al-30-doctubre-2020/